cris

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Con Cristina.

miércoles, 15 de junio de 2011

La semana que viene vuelvo a tomar las pastillas pero hoy, de la serie “Diálogos con el señor Spock” les presento: Viajes en el tiempo.


Uno de los argumentos clásicos de la ciencia ficción de viajes en el tiempo es el del hombre que mató a su abuela, no ponemos madre porque se hace muy edípico. Una vez que el viajero en el tiempo mata a su abuela, la madre del tipo nunca nació y el viajero se desvanece en la nada. Eso es similar a lo que pasa en la película "Volver al futuro". En una escena el padre del héroe no saca a bailar a la madre y el chico Mc Fly empieza a desintegrarse. Bien como escena dramática pero falso. El malvado que mató a su abuela seguiría adelante, nadie lo sabe exactamente, pero no conocemos ninguna perturbación que se propague desde el futuro hacia el pasado. Es más el guachi mierda podría regresar al futuro del cual viene y aunque no tuviera abuela, madre ni nadie el muy cochino seguiría lo más campante. Por otra parte ¿No estaría la abuela como si tal cosa vivita y coleando?
Digamos que el universo del que salió el viajero en el tiempo es, ligeramente, distinto del universo en el que mataron a la abuela.


¿Qué quiere decir eso? Que hay varios, muchos, universos. ¿Y qué quiere decir eso?


En realidad la idea de viajar en el tiempo supongo que debe ser frecuente en las grandes religiones monoteístas. Si dios es omnipotente o lo que sea por estilo, puede ir al pasado o mejor dicho está en el pasado, en el futuro o donde se le ocurra o donde mejor convenga para sus inescrutables fines. La primera historia sobre viajes en el tiempo dentro de la ciencia ficción es la historia de H. G. Wells, donde el chabón viaja 800 mil años en el futuro. La luna se ha hecho mierda y el mundo está dividido entre los buenos y los malos que se comen a los buenos. Eso sin mencionar que la desaparición de la luna generaría un despelote climático que reite de la barringol. Esunescandalo!


La historia del viaje en el tiempo comienza con Einstein. El loco dice que cuando más rápido te moves, más lento pasa el tiempo. Si estás en el colectivo 114 viajando a 20 por hora por la calle Chivilcoy tu reloj se mueve más lento que el reloj de un tipo que está parado en la esquina. Bueno a 20 por hora no lo van a notar nunca pero los astronautas usaron un reloj atómico en una estación espacial que giraba a 10 mil kilómetros por hora y constataron que iba más lento que un reloj igual que estaba en la tierra. No es una teoría. Es verdad.


Si un astronauta dispusiera de una nave espacial machaza, posible de construir pero con un motor terrible que todavía no se inventó, y viajara cerca de la velocidad de la luz, dentro de la nave pasarían 15 días y en la tierra 20 años. Tal cual.
Imagínense, pobre pibe, cuando vuelve a la tierra la novia es 20 años mayor que él. O el viajero es una muchacha y cuando vuelve descubre que está de novia con Sofovich. O, peor aun, Hermes Binner.


Einstein también dio pie para la idea de viajar hacia el pasado. Se necesita un “agujero negro” que no es lo que se están imaginando sino una estrella más o menos grande a la que se le terminó el combustible, el combustible es el hidrógeno, y cosas por el estilo, una vez que se quedó sin hidrógeno queda un montón de materia y las fuerzas de gravitación se chupan todo. La gravitación hace que la materia se condense cada vez más hasta que colapsa y listo, ahí tienen el black hole. Por suerte no tenemos ningún black hole cerca para estudiarlo pero se supone que tienen propiedades muy extrañas. La tecnología para construir y usar un black hole es del estilo del dios omnipotente.


Pero, ojo al piojo, no es imposible.


El más fuerte de todos los argumentos que establecen la imposibilidad de viajar en el tiempo se parece al que niega la existencia de civilizaciones extraterrestres. Si los sabios del futuro viajan al pasado… ¿Por qué no los vemos? ¿Dónde están los guanacos? La idea está bien y supongo que me puede pero tiene algo de soberbio, de pretender saber cosas que en realidad no sabemos. Digamos que un viajero del tiempo no tiene porque ser un boludo vestido con un enterito o un pelado con polera (jua!) que sale de una cabina de teléfono que se materializa ante nosotros. Digamos que las hormigas que viven en mi jardín no tienen idea sobre la existencia de los seres humanos. Digamos que un muchacho que vive en una civilización capaz de usar algo como los black holes puede tener varios motivos razonables para no meterse con la gente del pasado. Y que, si no quiere que lo veas, no lo vas a ver. Aunque tengas fe.


Una de las cuestiones que siempre aparecen en las historias de viajeros en el tiempo es la batalla de Waterloo ¿Por qué no eligieron la batalla de Leipzig que fue más importante? No lo se, probablemente porque, por algún motivo, a la batalla de Leipzig no la conoce nadie. Tampoco sé porque fijarse en el periodo y en la figura del emperador Napoleón.
La cuestión es que, en realidad, estoy convencido de que Napoleón ganó la batalla de Waterloo, de que terminó de aplastar a la coalición de 10 o más países juntos que le hacían la guerra aunque Inglaterra conservó su imperio. En Rusia en vez de la autocracia tradicional, uno de los mariscales de Napoleón se transformó en Zar. En un par de décadas Rusia se evolucionó hacia una monarquía constitucional. Rusia estuvo entre los ganadores de la primera guerra mundial y la revolución de Octubre nunca se produjo. Al no existir la URSS, Rusia se rindió ante los nazis después de unos meses, EEUU queda dividido entre las potencias triunfantes, como en la novela de Dick "El hombre en el castillo". Un científico agobiado de un futuro totalitario descubre no solo una tecnología capaz de llevar a un individuo hacia atrás en el tiempo sino también, a lo mejor en relación con el descubrimiento de la máquina del tiempo, un tipo de computadora capaz de adquirir un conocimiento completo del pasado y capaz de hallar las ramificaciones de un suceso particular a lo largo de la historia. El computador, que debería llamarse Karl Marx por supuesto, habría detectado que, para crear un futuro menos malo, que probablemente es lo único que se puede pedir, es necesario que Napoleón pierda en Waterloo. De hecho, esto es interesante, podría ser que con matar a Napoleón no fuera suficiente y que la máquina prohíba darles a tanques y aviones a los enemigos del Napo. Uno de los factores que determinó la derrota de al gran corso en Waterloo fue la lluvia. Creo que la lluvia demoró al ejército franchute que atacaba a los ingleses y austriacos y determinó que los prusianos llegaran a tiempo para aplastarlo. El viajero en el tiempo hace llover, nada demasiado extraordinario para un tipo que puede viajar al pasado. Cuando regresa a su época, no conviene quedarse: a un tipo de esta (mejor dicho de aquella) época le basta con tomar un vaso de agua de la época de Napoleón para morirse, descubre que las cosas son peores que antes. Decide usar la máquina del tiempo para "volver al barrio" como dice Dolina. Si quieren volver al barrio, vuelvan pero les doy un consejo: no lo hagan, no vuelvan al pueblito donde fueron felices.


Uno de los cuentos favoritos de Bradbury es el del "efecto mariposa" donde un viajero en el tiempo pisa, sin querer, a una mariposa en los verdaderos buenos tiempos hace 65 millones de años. A partir de ahí pueden pasar tres cosas, que los cambios sean sutiles como ser algunos sucesos históricos más o menos secundarios, Mahoma no lleva barba, la provincia de La Pampa se sigue llamando Eva Perón, Syd Barret grabó un segundo disco con los Pink Floyd y etc. O que los cambios sean catastróficos y los dinosaurios, que siempre están de moda, gobiernan la tierra. O que no pase un carajo. Obviamente nos inclinamos por la tercera posibilidad si una mariposa se murió hace 65 millones de años no va a pasar nada. Simplemente no es cierto que todo este relacionado con todo y que un simple cambio haga pelota al universo. En primer lugar toda perturbación tiene cierto alcance y, aunque persista, pasado cierto tiempo se vuelve imperceptible. Los dinosaurios y las mariposas gigantes del jurásico están en el mismo barril de petróleo. Mucho me temo que del mismo modo las batallas que perdió o ganó el faraón de Egipto hace 3 mil años ya no son importantes.


Tal vez la gran lección que aprenden los osados viajeros en el tiempo sea esa, que, por más que el olvido no exista, todo va desapareciendo. El viento convierte al granito de las pirámides en polvo. El acero se oxida. Y la mujer que amábamos hace años ya no representa nada para nosotros.


Existen dos maneras contrapuestas de ver la historia humana. La tradicional decía que a la historia la hacían los grandes hombres. Todo lo que pasaba dependía de que el emperador fuera Mengueche o Cadorna. Es como los que creen que los equipos ganan según quien sea el director técnico.
La visión contrapuesta es que, por el contrario, las cosas suceden totalmente aparte de lo que pretendan líderes y dirigentes. Si Napoleón nunca hubiera existido, Minguito Tinguitella hubiera sido emperador de Francia y se hubiera comportado más o menos igual puesto que las fuerzas sociales y las económicas "empujaban" en determinada dirección.
Por un lado sería terrible que el destino del mundo dependiera de la decisión de un boludin como Obama pero aun peor sería que todo estuviese "escrito" y que, no importa lo que pase, todo va a salir bien o mal o lo que sea.


Después de haber visto algunas cosas que he visto, sé, más allá de toda duda razonable, que el futuro no está escrito una mierda.

1 comentario:

  1. Acabo de leer el último libro de Stephen y parece que eso del pasado inalterable no es tan así. Y que si bien está casi demostrado lo del multiverso (nada que ver con la corpo) es en contraposición a universo (otra vez nada que ver con la corpo) el tema es que el hecho de que es bastante dificil que en otro universo se mantuvieran las constantes y las leyes de la física de nuestro universo que permitan nuestra existencia.

    Leételo, te parte el marote. Se llama "El gran diseño"

    Walterio.

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