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Con Cristina.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Mauricio y el régimen totalitario con democracia y plena vigencia de las instituciones.

En un principio fue el presupuesto. No hay nada que deje tanta ganancia como el déficit, para cubrir el déficit, siempre creciente, se toman préstamos y se emiten bonos. Los bonos y el endeudamiento enriquecen a banqueros y parásitos diversos. Los aumentos del ABL alcanzan a más del 500% en estos años, el ABL ha subido más que el dólar, la inflación y lo que ustedes quieran. ¿Por qué hay déficit con semejantes ingresos? No lo se, nadie lo sabe, se trata de un oscuro misterio.

Ninguno de estos manejos es conocido por el grueso de la población. Existe primero una voluntad de ocultar los datos, existe la impericia y/o complicidad de la oposición en el parlamento de la ciudad, recordemos que la enorme cantidad de vetos que exceden cualquier manejo en un régimen democrático, han convertido al parlamento en un mero testigo encargado de darle una pátina de legitimidad a un régimen sin control, y existe la completa unidad de propósitos entre el gobierno y los medios hegemónicos.

Se hace política de ajuste, un ejemplo: no se han construido las escuelas que se iban a hacer con la plata de los edificios de Catalinas, es decir que se mintió con descaro, las reparaciones de las escuelas siguen con años de retraso, los hospitales han perdido servicios, no es casualidad que la mortalidad infantil haya aumentado, y la ciudad se ha desentendido por completo de la construcción de viviendas. La plata va para asfaltar calles y para gastos que no guardan proporción con la inversión, por cierto que la inversión del gobierno de la ciudad se encuentra en los niveles del 2001. Se hacen obras que terminan en negocios inmobiliarios con presupuestos inflados, me viene a la mente el increíble caso de los canteritos de Núñez al costo de un millón de mangos cada uno. Es difícil establecer el límite entre negocios a costillas de los contribuyentes y corrupción lisa y llana. Como es difícil no lo vamos a hacer.

Uno de los negocios inmobiliarios más grotescos tiene por objeto de deseo al hospital Borda. No se podía haber elegido mejor, si el propósito era golpear a los más débiles. El predio vale, ciertamente, una fortuna y el jefe de gobierno y sus amigos han estado dando vuelta alrededor de este fabuloso negocio durante años. Se habla de construir una serie de edificios y hasta de barrio cerrado con shopping que reíte de Nordelta. La idea de utilizar el espacio público para beneficio privado es una especie de pasaje de "las instituciones" a la ley de la selva, pero con el apoyo de la "justicia independiente", y de ahí al liberalismo totalitario.

El Borda fue intervenido de noche y en silencio, se echó abajo una construcción con el apoyo de un juez, si "juez independiente", cuando pacientes y personal advirtieron la movida, echar abajo edificios enteros sin ser siquiera consultados, decidieron resistir. Entonces entró en acción la policía metropolitana a la que, habitualmente, nunca se la ve y arrasó con los manifestantes, disparando balas de goma. Todavía no les da para matar pero con las balas de goma se quiere hacer una advertencia.

El proyecto se frenó, por ahora, pero llega el turno a la justicia que, lejos de cuestionar los motivos y el accionar del gobierno de la ciudad, se está encargando de llevar adelante juicios contra las víctimas.

En otra muestra de que la justicia revolucionaria acompaña a la lucha armada. Como si fuera su sombra.

Hemos elegido el caso del borda porque ahí esta todo: un gobierno sin contrapeso parlamentario, que cuenta con la complicidad de los medios, con un cuerpo de policía preparado para la represión y con una justicia adicta que garantiza la impunidad.

Y después cuando vienen las elecciones te encontrás con que el poder gobernante tiene miles de militantes pagos ¿Cuántos tipos tiene, estos si que son planes “descansar”, Cristian Ritondo? ¿Cuántos militantes rentados tiene el partido de Macri en las villas de la ciudad? El presupuesto de propaganda del gobierno de la ciudad alcanza cifras colosales, es más guita que el subte y más de lo que se gasta en las obras para impedir inundaciones. A ese aparato de “difusión” le sumamos a Clarín y sus satélites, la conclusión es que, para contrarrestar la propaganda, haría falta un milagro.

9 de cada 10 porteños ignoran el déficit, los gastos desproporcionados, los negocios turbios, la debilidad del sistema educativo y de salud de la ciudad y hasta la represión en el Borda. Pero eso si, con plenas instituciones, plena democracia y plena libertad de información.

Un gobierno nacional con esa conducta hubiera tenido su 2001 hace rato.

2 comentarios:

  1. Impresionante su comentario. Su relato es una fotografía abrumadoramente detallada de lo que pasa en la ciudad. Lástima que muy pocos nos damos cuenta y/o nos preocupa. Deseo fervientemente que esta ola macrista no pase de la General Paz.

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  2. Sospecho que el antikirchnerismo del porteño es más fuerte que su preocupación por la CABA, sobre todo porque la ciudad tiene un colchón bien mullido para soportar inútiles y corruptos que la gobiernen, despues de todo sigue teniendo los mejores hospitales, las mejores escuelas, tiene gas, cloacas, etc. Y la represión en el Borda no le importan: los locos y los presos no les importan a nadie.

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Piensa mal y acertarás