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Con Cristina.

viernes, 22 de abril de 2016

Time Warp: lo que está matando a los chicos no es la droga sino la prohibición.

En la argentina mueren, por todas las causas posibles, alrededor de 300 mil personas por año de esas menos de 2 mil mueren por problemas relacionados con las drogas. A su vez, de esas 2 mil muertes la mayor parte, tal vez hasta más del 90 %, son ocasionadas por el alcohol. De las 200-300 muertes que restan una parte se debe al uso de fármacos por parte de gente que quiere suicidarse.

Las muertes por accidentes de tránsito son al menos 20 veces más.

No hay ningún “peligro” en particular para la sociedad, las malas dietas, el alcohol y los automóviles son mucho más peligrosos que cualquier droga.

La inmensa mayoría de los consumidores de drogas lo hace los fines de semana con fines recreativos.

No es nada raro que los fanáticos de la prohibición después salgan en los medios emborrachándose para festejar algo que difícilmente sepamos que es. La guerra contra las drogas terminó hace años con el previsible triunfo de los adictos, nunca ha habido tanto acceso a drogas y a menor precio y cada vez es peor.

La humanidad en, prácticamente, todas las épocas y en casi todas las culturas refuerza con estimulantes sus experiencias festivas.

Ninguna sociedad por represiva y organizada que sea ha logrado abolir el alcohol u otros estimulantes.

Entre expertos y especialistas varios, las teorías prohibicionistas y punitivas, ya no tienen eco.

Hay una tendencia universal al “control de daños”. Por ejemplo cuando en Holanda notaron que los casos de sida se debían, al menos en parte, a que los adictos compartían agujas contaminadas, se impuso la política de distribuir jeringas descartables, en puntos clave de las ciudades, la epidemia se revirtió.

Una forma de controlar el daño es informar de manera veraz y fidedigna.

A los chicos de Time Warp los mató ignorar que tipo de droga estaban consumiendo.

Además al mismo tiempo que se persigue a consumidores de substancias que, por mucho que nos disgusten, son o bien inofensivas o bien con efectos a muy largo plazo, substancias terribles se distribuyen libremente, simplemente porque sus consumidores son de clases sociales más altas.

Aparentemente todo el peso de la ley puede caer sobre un asentamiento o sobre una villa de emergencia pero ninguna ley ni control es aplicable a un espectáculo para gente de cierto nivel.

No hay un nivel de represión u organización social capaz de impedir que alguien lleve una bolsa de pastillas.

La prohibición refuerza la tendencia al abuso de substancias cada vez más peligrosas.

Una política de control de años hubiese empezado por reconocer que en las fiestas electrónicas o como se llamen, abundan las drogas, drogas de diseño muy peligrosas. Que había que informar y que había que impedir que los organizadores cortaran el agua de los baños. De hecho en una época no muy lejana el SEDRONAR llevaba botellitas de agua. Quien sabe si algo simple como eso no hubiese podido salvar la vida de alguno de los chicos que murieron.

Para colmo cada vez está más claro que narcotraficantes y políticos conservadores, que llevan adelante campañas de prohibición muy violentas, tienen negocios juntos en paraísos fiscales.

4 comentarios:

  1. Muy bueno el post y en general todo el blog.
    Me queda una duda... ¿en los países musulmanes cómo hacen para prohibir el alcohol? O ¿con qué lo reemplazan?
    Saludos.

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    1. Por lo que vi, los muchachos musulmanes fuman Hash. Salam aleikum.

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  2. por si no sabian en los colegios provinciales solo comen arroz y fideos. nada de carne. verduras, pescado ect . en que estara gastando vidal el dinero del presupuesto que la oposicion le aprobo en febrero del 2016

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